La grúa del baúl de los recuerdos

Hace aproximadamente unos diez años, que se dice pronto, varios amigos y miembros del ya mítico Radikal Team pasamos unos días practicando wakeboard en Xove. Eran tiempos de tranquilidad, donde el wake no implicaba ningún tipo de responsabilidad ni presión, nuestra única obligación era divertirnos.

Entre pasada y pasada, nos tirábamos al agua desde el muelle y desde unos cubos de hormigón que había en la orilla. Un día se nos pasó por la cabeza tirarnos desde lo alto de una grúa que había en la orilla de enfrente, que para nuestro criterio por aquel entonces era enorme. Tras mucho meditarlo y subir hasta la punta de la grúa para ver el panorama, Adrián y yo nos atrevimos a saltar. He de reconocer que más que el valor a saltar, lo que nos empujó a hacerlo fue el miedo que nos daba pensar en retroceder por las estrechas pasarelas y volver a bajar por las escaleras de la grúa hasta el suelo. Aquella misma tarde volvimos a saltar varias veces, ya entonces acompañados por Christian y Tuko.

Sin embargo aquel día, además de saltar, habíamos creado (todavía sin saberlo) la leyenda de la grúa. Una leyenda que por supuesto sólo tiene vigencia en nuestra pandilla, pero que nos lleva acompañando desde entonces. No fueron pocas las ocasiones en las que, sentados frente a un edificio, comentábamos nuestra hazaña y nos preguntábamos los unos a los otros cuánto medía la grúa. «-Yo creo que hasta el tercer piso. -¡Qué va! Hasta el cuarto como mínimo… -No seas fantasma, sería como el segundo».

Hace unos días Christian encontró una fotografía de aquella tarde en la que salía la ya legendaria grúa. La foto me causó una sensación agridulce; por una parte la desilusión de comprobar que la grúa era notablemente menor que en nuestras imágenes mentales de infancia (aproximadamente unos 10-11 metros en la foto), pero también el bonito recuerdo de aquellos días de aventura y wakeboard que tanto disfrutamos.