Dover ha vuelto (a hacer rock)

Junto con los intocables AC/DC, Dover es el único grupo que todavía me hace volver a la adolescencia con un solo acorde. La voz de Cristina Llanos y la guitarra de Amparo suenan a skate, a deberes de lengua y a campamento de verano. Dover está presente en Generation Next, el disco recopilatorio de Pepsi que hizo que todos los chavales nos pasásemos el verano del 98 coreando himnos de Killer Barbies, Marilyn Manson, Los Fresones Rebeldes y, por supuesto, el reivindicativo ‘Puto‘ de Molotov que sólo podíamos cantar cuando no había adultos en la costa.

Generation-Next-by-Pepsi

Por si éstos fueran pocos recuerdos, el 8 de enero del 2000 Dover se convirtió también en el primer grupo de verdad al que vi en directo. Me preguntaba cómo era posible que la banda que escuchaba 24 horas al día durante mis veranos en Esmelle estuviese ahora tocando delante de mis ojos en el humilde Polideportivo de La Malata de Ferrol.

El tiempo fue pasando y, aunque mi repertorio musical se fue abriendo, siempre tenía un hueco para Dover. Seguía escuchando Devil Came to Me, Late at Night e incluso I Was Dead for 7 Weeks in the City of Angels, el primer disco que presagiaba la cuesta abajo. Tras un insípido The Flame, Dover dio un cambio tan radical como inesperado pasando a hacer música disco en Follow The City Lights y experimentos tribales con I Ka Kené. El barco se hundía mientras los fans se tiraban por la borda.

Cuando mi sentimiento hacia la banda madrileña comenzaba a ser más de cariño que de respeto, las hermanas Llanos aparecen con Complications, un señor disco que aun teniendo destellos poperos (que no me disgustan en absoluto) recupera casi por completo el sonido desgarrador del 97, ¡Dover ha vuelto! Mejor dicho, Dover ha vuelto a hacer rock, porque realmente nunca se habían ido del todo. Pocas cosas tan peligrosas puede hacer un grupo como darse a conocer con un pelotazo publicitario (uno de cada mil sobreviven al single) o coquetear con la música disco, algo que acabó con bandas del calibre de Kiss, pero parece que Dover no tiene miedo a hacer la música que le apetece en cada momento. Sobreviviendo a todo tipo de contratiempos, las hermanas Llanos vuelven con más fuerza que nunca cuando se cumplen ya 20 años, que se dice pronto, del primer disco de Dover.